15/4/16

En tu ausencia sentí como en cada paso mi piel se desgarraba y yo no sentía nada, ya nada importaba, las sonrisas no existían y los chiste no hacían gracia. Sólo te debo un Perdón y un Gracias. Pero no es tan simple como decirlo o escribirlo con las más lindas palabras. Es tan simple como decírtelo mientras te abrazo, ese inesperado con la energía dice más que las palabras. El amor no mata.

Entré en esa batalla, libre de todo poder, como uno más, entre las filas me destaqué por esquivar, enfrentar, resolver y destruir. El poder de mi alma libre me hacía más fuerte, sentía como mis alas me hacían volar. No había rivales, no existía el mal o el bien, era yo y sólo yo. Entonces entendí que eso no era ser libre, si no que era un asesino libre de remordimiento a todo acto de mi cuerpo junto a la espada.

Después en un cazador me transformé, solitario en el bosque, llevando a quien menos necesitaba sin decir palabras, sólo como ofrendas a los dioses. Quería revertir mi pasado, pero el karma me lo devolvía todo, hasta el más mínimo detalle. Es así que si tanto mal hice, dejo el bien para la próxima vida. Ya no espero el perdón, espero que vivan mejor, sin mi, sin mi fuerza sobrenatural para el mal.

Una transformación divina necesitaba y esa luz y la espada atravesándome, me sorprendieron y ahí fue cuando libre me sentí, dejando mi cuerpo mortal para estar entre lo divino...

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