
Me paré sobre una de ella, tenía forma de cabra, me senté y puse a leer, no había mas tranquilidad en el mundo que ahí.
Al terminar de leer, empezaron a chocar entre sí las nubes, se venía la tormenta, ese ruido grave y rasgador, me llenó, era alucinante.
Si mirabas para arriba, seguía todo celeste, pero al mirar hacía abajo, las nubes eran gris muy oscuro, era tenebroso.
Empezó a llover, el agua no me tocaba, solo caía, sin salpicar, baje la mano ara mojarme, salía helada, el agua más refrescante que probé en mi vida, y la más pura.

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