Volvía de tu casa y el cielo se llenó de vos, un azul eléctrico y tranquilizador, 2 largas y finas nubes sobrevolaban por mi cabeza y Esa Estrella. Sentía como me cuidabas desde tu hospedaje y observabas mis pasos. lleno me sentía.
Esperaba que todo lo que no me doliera me lo dijeras y aquello que me molestaba no lo hicieras. Observé como me dejabas en ese momento y cruzaste a la otra vereda. Pediste que descansara a tu lado y en soledad dormí. Pero no vine a hablar de lo malo. Vine a hablarte, observarte y disfrutar ese momento juntos. Bajo ese cielo y esas nubes, bajo esa estrella por la cual me observas.
Hoy vuelvo a escribirte. Con mis dedos ateridos y mi aparato escritor dejo la firma y con el corazón mi sello en vos.
A partir de hoy sos mi musa, mi imaginación perdida. En mi territorio un cartel de bienvenida ganaste. Acceso total a mi vida. Espero que te sirva para confiar en esa parte que falta.
No pongo tu nombre, ya te conoces, ya nos conocemos. Encontrarte fue duro, pero a punto de perderte fue peor, espero que no pase más, que volvamos a confiar en nosotros.
"Cristian A. Iriart"
No hay comentarios:
Publicar un comentario