
Caminé paso a paso, sin encontrar la luz, no había señales de nadie, ni un alma. Nunca encontré la salida a semejante laberinto, me la pasé durmiendo entre las plantas días y hasta meses.
Todavía estoy encerrado en él, con el alma quebrada por no estar allá.
Encontré la mirada de alguien, pero no la puedo usar, ve demasiado y no estoy acostumbrado, puede ser la salida a esto, pero me llevará un largo tiempo asimilarla.
Ahora por las noches aparecen las almas de los cadáveres, de las personas que no quisieron seguir. Guerreros, magos, reyes, ninguno llegó.
La luz verde de las noches me atormenta, pero a la vez me llena, me da ganas de seguir, pensando que algo me espera en la salida, algo bueno.
Encontré un pasillo por el cual no pasé, una silla, varias ventanas, una silueta en la pared, la luz entrando y dando hacia la silla me dice que me siente, me siento y registro una fuerza, me paro para asimilarla y se desvanece, vuelvo a sentarme y entro en un sueño. Es un pasillo muy raro, muchas piedras que hacen el camino lento, es tan largo que nunca llego, pero veo la puerta acercarse y alejarse a la vez, no entiendo, sigo caminando hasta hacerlo por inercia, llegué, abrí y vuelvo a donde antes, el laberinto de nuevo, pero en otro lado, estaré mas cerca.
Avanzo haciéndome la cabeza que esta vez voy a llegar, encuentro una fuente, pruebo el agua, es limpia, sirve, tomo hasta quitar la sed. Sigo camino y encuentro manzanas, las abro, las pruebo, son buenas, me saco el hambre y vuelvo a la fuente, guardo agua en una cantimplora que encontré anteriormente de uno de los cadáveres, sigo y guardo muchas manzanas en mi bolso.
Al seguir camino con alimento, encuentro 2 caminos y un arbusto con frutitos rojos, saco todos y armo el camino que sigo, si no tiene salida, sé como volver.
Se hizo la noche y me tiro a descansar, al despertarme con el sol en la cara, presiento unos pasos, era una mujer, una bella dama, con un vestido azul, a cual me ayuda a levantarme y me pide una manzana, la come y se va corriendo, la persigo, pero desapareció entre los pasillos, me di cuenta que no volví a dejar los frutos y perdí el camino, me volví a perder, sigo si preocuparme, tengo esperanzas, por algo apareció.
Después de 3 días, me cruzo con un pozo con una escalera, bajo y veo luz, escucho voces y cantos al estilo sirena.
Me di cuenta que no esto no podía ser, duendes, sirenas, elfos, héroes mitológicos. Me siento y le pregunto a uno de los enanos donde estaba, el cual me contestó “Bienvenido”. Nadie me decía más nada que eso, el cual me asusté y volví a las escaleras, las cuales no existían más, y ahí fue donde me di cuenta de algo.
“Estaba Muerto...”